Relato: la educación en el año 2030
Qué recuerdos aquellos cuando estábamos en el año 2021 y los profes dábamos
clases presenciales a diario. Hoy, me encuentro escribiendo este post tras
haber dado la primera clase del penúltimo mes de 2030 de forma online. Acudir
al instituto es obligatorio para los alumnos solo un día por semana, dedicado
especialmente a dudas y a que los estudiantes interactúen entre ellos; yo, en
cambio, tengo que ir a diario porque las clases se graban desde el centro.
La verdad es que no sé qué prefiero, habiendo vivido los dos tipos de
educación (presencial y a distancia). Ambas tienen sus ventajas y sus
inconvenientes. Es cierto que hay padres que están en contra de esta nueva
medida, quizá porque no se fían de que sus hijos se queden solos en casa
mientras ellos trabajan, y es por eso por lo que, en el instituto en el que
trabajo, hay alumnos que pueden dar la clase presencialmente mientras el resto de sus compañeros la reciben de forma online.
Durante el desarrollo de las clases, los alumnos han de tener las cámaras
encendidas para que los docentes podamos ver si están atentos, y se valora la
participación. En la plataforma virtual que utilizamos hay un botón de levantar
la mano, para que los alumnos pidan vez para el turno de palabra y de esta
manera no interrumpan al profesor de manera inoportuna.
Por el momento, este nuevo método docente sigue en estudio. Se probó por
primera vez hace ya 10 años cuando, debido a una pandemia, la vida de casi
todos los habitantes del planeta se congeló por un peligroso virus. Se tuvo que
innovar de manera rápida en muchos campos, entre ellos, la docencia. Las clases
se comenzaron a dar de forma online por primera vez, y hubo muchos alumnos
contentos con la propuesta, pues de esta forma, optimizaban el tiempo (no
tenían que madrugar para coger el bus ni llegar tarde a casa a la hora de comer,
etc.). Además, muchos de ellos quedaban a la hora del recreo para echar una
partida a videojuegos, por lo que su socialización seguía vigente. Por eso y
otros motivos se decidió, pasados unos años, que la docencia pasaría a ser a distancia prácticamente al 100 %.
Mi yo del presente piensa que ojalá nunca se llegue a impartir formación a
online a los adolescentes de manera continuada. La interacción persona a
persona (en este caso, profesor – alumno y alumno – alumno) es totalmente necesaria para el
desarrollo de la personalidad de los jóvenes y para el buen desarrollo de una
clase (es más fácil que un profesor se sienta escuchado si tiene a los alumnos
delante, que estando conectados y viéndose a través de una cámara).
¿Qué os ha parecido mi relato y qué opináis al respecto?
Totalmente de acuerdo con la reflexión final! La socialización e interacción es necesaria
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